martes, 15 de enero de 2008

Una solución en que todos ganamos

Uno de los grandes pecados del mercado de valores costarricense es la poca capacidad de generar instrumentos de inversión que permitan canalizar el ahorro nacional en proyectos importantes de infraestructura.
Por eso llama la atención el reciente anuncio del Banco Nacional de acuerdos con diferentes entidades gubernamentales que permitirán hacer inversiones por US$600 millones, sin incurrir en gastos adicionales a la ya pesada carga de deuda que tiene el Estado.
Esto se logrará gracias a la firma de fideicomisos de titularización con la diferentes entidades públicas.
Ya se tiene el refrendo contralor en los contratos de fideicomisos de titularización entre el Banco Nacional e INCOP e ICT, así como en el firmado con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y con la Universidad de Costa Rica. El primero busca la generación de infraestructura turística para la zona del Pacífico pero principalmente para el área de Puntarenas, y para el mismo sector se están iniciando trabajos para lograr un alcantarillado sanitario.
Por su parte el contrato con la CCSS, cuenta con el objetivo primordial de construir infraestructura hospitalaria de diferentes niveles, desde pequeñas clínicas (EBAIS) hasta grandes hospitales.
En el caso del contrato de fideicomiso de titularización de flujos futuros entre el Banco Nacional y la Universidad de Costa Rica (UCR) se utilizará para la construcción de los diferentes edificios que esta necesitando esa casa de estudios superiores.
Pero además se esta trabajando con otras entidades públicas con las que se espera en un corto plazo, contar con el banderazo de salida.

¿En qué consisten los acuerdos?
El Banco Nacional firma un acuerdo con una de las entidades mencionadas, para la creación de un fideicomiso. El fideicomiso es una figura por la cual un ente como la Caja del Seguro instrumenta las directrices y lineamientos bajo los cuales el Fideicomiso construiría la infraestructura necesaria, y con el fin de que éste administre algunos bienes o derechos aportados por un período de tiempo determinado.
Este fideicomiso, a su vez, registrará ante la Superintendencia General de Valores una emisión de títulos valores (bonos) que se venderán a los inversionistas en la bolsa de valores. El dinero que se recaude con la venta de los bonos se utilizará para construir el proyecto en cuestión (una clínica, un Ebais, etc.), y posteriormente se le arrendará a la entidad por un tiempo determinado.
El fideicomiso adquiere un compromiso con los compradores, de ofrecerles una rentabilidad por un tiempo determinado, y al vencimiento del bono, se compromete a devolver el dinero que inicialmente le dieron por él. Se entiende que el dinero proveniente del pago de alquileres servirá para pagar los bonos y la tasa de interés.
Al finalizar el fideicomiso la totalidad de los bienes y derechos que administra el mismo, son devueltos al Fideicomitente (entidad pública) y el fideicomiso se disuelve.
En otras palabras, con los dineros que proveerá la misma CCSS en el futuro, se pueden construir las obras HOY. Y lo mejor, con los propios ahorros de los costarricenses.
De esta manera, se pueden crear obras actualmente que de otra manera, habrá que esperar años hasta obtener todos los recursos, o bien incurrir en préstamos relativamente onerosos para construir las obras necesarias, con el consiguiente atraso en licitaciones, papeleos y demás. Importa destacar que el fideicomiso no sólo logra el financiamiento sin también la gestión y construcción de los diferentes proyectos.
Pero no solo las personas con mucho dinero podrán invertir en estos proyectos, o los grandes fondos de inversión. También muchos ciudadanos a través de los recursos depositados en sus fondos de pensión, por ejemplo.
Una figura muy similar se utilizó para los proyectos hidroeléctricos Peñas Blancas y Cariblanco, que se construyeron gracias a fideicomisos de titularización y en el que el ICE, no debió incurrir en endeudamiento para construirlos.
Precisamente, el ICE utilizará la misma figura pero para el proyecto térmico Garabito, una planta de 200 megavatios con un costo de US$200 millones.

¿Cuál es la ventaja para el ahorrante o inversionista?

Posiblemente muchos costarricenses no podrán acceder directamente a estos títulos en el mercado de valores. Pero es importante que sepan que los fondos de pensiones, por ejemplo, sí los pueden comprar.
Un fondo de pensiones que obtenga estos bonos cuenta con la ventaja de tener un nuevo instrumento de inversión y una oportunidad para diversificar su portafolio, es decir, no tener todas sus inversiones en un mismo emisor.
Si por ejemplo, el fondo en el que usted tiene su dinero está todo invertido en títulos de Hacienda, en una eventual baja en los precios o las tasas, el fondo podría tener variaciones importantes que afectarían la rentabilidad del afiliado. Pero si este fondo cuenta con una parte en títulos de Hacienda, otra en bonos de bancos, títulos de los fideicomisos en mención y una pequeña parte en acciones; podría sobrellevar mejor una eventual crisis y así beneficiar a los ahorrantes.
Otro beneficio es que por fin se lograría el viejo sueño de utilizar el ahorro de los costarricenses para beneficio de ellos mismos.



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Minientrevista

Ronald Vargas, director de Banca de Inversión Banco Nacional

¿Se hará una sola emisión para todos los fideicomisos o serán varias emisiones pequeñas?
Se harían emisiones por aparte, porque los emisores son diferentes, los proyectos son diferentes y los riesgos también son diferentes. Para el inversionista es mejor separarlos para que pueda diversificar su riesgo de acuerdo con su mejor interés.
También por los límites regulatorios es muy importante tenerlos separados para que los fondos de pensiones puedan acceder a ellos.

¿El inversionista individual podría entrar en esos proyectos?
Por supuesto, será en la misma línea de Peñas Blancas y Cariblanco, con el objetivo de que pequeños inversionistas puedan colocar ahí sus recursos. Aunque uno entendería que podría entrar a través de los fondos de inversión, lo importante sería lograr una democratización de la propiedad y que la gente sienta que aparte del beneficio social de los servicios de salud o educacionales también tengan la rentabilidad que generan los bonos.

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